miércoles, 4 de mayo de 2011

Un zoom de 1,28 segundos luz

De repente pensé que esa pequeña arveja, bonita y azul, era la Tierra. Levanté mi dedo pulgar, cerré un ojo y el pulgar borró el planeta Tierra. No me sentí como un gigante. Me sentí muy, muy pequeño – declaró Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna. Este comentario que encontramos al final del libro Zoom, de Istvan Banyai,  da cuenta de la percepción de un hombre que estando a 384.400 kilómetros de distancia, descubre cómo su hogar, su planeta, su lugar en el inmenso universo, es reducido al tamaño del pulgar. Todos sus seres queridos, las personas con las que ha cruzado aunque sea una mirada en la calle, las que lo felicitarán por la heroica acción de pisar por primera vez otro planeta que no sea la Tierra, caben en su dedo; mas no todos estos pensamientos caben en su cabeza. Por eso se sorprende, como un niño que busca en el reflejo de la Luna alguna nave espacial con forma ovalada. En ese instante es al revés: se desespera por identificar su continente; luego su país, aunque no lo logra. Sólo ve una pelota perfectamente redonda y azul con manchas blancas: son los colores del mar y las nubes.
Neil ha pisado la Luna y recibe la llamada del presidente de los Estados Unidos. Dirige su mirada hacia la pelota azul, y al escuchar su voz rompe las barreras del espacio y el tiempo: en un segundo, recorre en su mente la imagen del presidente en el teléfono, el centro de control de la NASA, sus colegas, su familia, su casa. Desde la Tierra, todos lo ven a través de la transmisión en vivo y en directo para el mundo entero, y él cree verlos uno por uno en su mente. Le responde al presidente con emoción y orgullo, mientras sus palabras cruzan el espacio.
Neil y sus compañeros están listos para el regreso. Por última vez se detiene a ver el Universo que lo rodea dondequiera que mire. Se siente pequeño, indefenso. Ingresa a su refugio provisorio de la inmensidad espacial y duerme cuatro horas. Sabe que al despertar, Apolo 11 se pondrá en marcha y estará cada vez más cerca de la Tierra, de las nubes, del océano, de su continente, de su país, del estado de Florida. Estará cada vez más cerca del presidente, de sus colegas, de su familia, del resto de la gente. Como una cámara de video que se acerca digitalmente lo más próximo posible al objetivo a retratar, sus ojos han realizado un Zoom de 384.400 kilómetros de distancia. 


Link al libro de Istvan Banyai, "Zoom": http://bit.ly/g3VnMe