jueves, 14 de abril de 2011

Instrucciones para olvidar

Una de las características principales de la mente muy ligada a la psicología es la capacidad de recordar o retener distintas situaciones en el inconsciente, pero que se pueden volver concientes con sólo oler un perfume o escuchar una melodía en la radio. A través de este instructivo, indicaremos los pasos a seguir para sacar de su cabeza todo recuerdo molesto, triste, bochornoso o incluso vergonzoso que nos haga poner colorados, o en el peor de los casos, quebrar en llanto hasta deshidratarnos.
En primer lugar, ubíquese en un sitio alejado de cualquier persona o animales, preferentemente su hogar. Es importante que usted se cerciore que nadie pueda ver ni escuchar lo que va a suceder en los segundos que siguen; de esta manera luego no lo tratarán de “loco”. A continuación, apague todo aparato que emita luz y diríjase hacia algún objeto acolchado (sugerencias: almohada o almohadón, colchón, osito de peluche de un metro de superficie). Sienta como su rostro es cobijado por la suave tez tapizado y cierre los ojos –de esta forma su mente comenzará a proyectar las imágenes que usted desea olvidar-. Cuente hasta cuatro ansiosamente y tome todo el aire que pueda ingresar por su boca hasta llenar por completo sus pulmones de ira. Grite. Grite aún más fuerte. Llore. Respire por dos segundos y repita estos últimos pasos hasta sentirse cansado. Abra los ojos y sonría. Divague en pensamientos absurdos, coloridos e intrascendentes hasta asimilar el sueño, y de esta manera, dormir profundamente. Sueñe.
El día después de la tormenta usted se sentirá tranquilo, caminará como si sus pies se deslizaran levemente por encima del suelo, y sus habilidades habituales se sensibilizarán. Sin embargo, luego de algunas semanas es posible que el recuerdo se manifieste de nuevo, como riéndose de su incapacidad para librarse de él. Es por eso que a continuación indicaremos los pasos a seguir para llevar a cabo el proceso de “olvido fulminante”.
Primero, vestirse con ropajes cómodos sin importar su elegancia (mientras más ridículo, mejor) y dirigirse hacia el supermercado más cercano a su hogar. Comprar los siguientes ítems: Vino Malbec, Whisky Escocés (es importante que cumpla a rajatabla con la compra de estas bebidas de marca, ya que de lo contrario se arrepentirá totalmente de su malestar intestinal y deberá “olvidar fulminantemente” de nuevo) y una caja de sus dulces favoritos.  Cuando llegue a su casa, prepare sus dos mejores copas y sirva hasta la mitad cada una con vino y whisky, respectivamente. Ingiera las bebidas de un solo trago con un lapso de un minuto entre cada uno. Al llegar a los diez tragos de cada una, respire y déjese llevar por el viento, vomitando cada palabra que se le cruce. Ingerir no más de ocho dulces. Dormirse -sin darse cuenta- en el lugar más incomodo que (no) encuentre.
Por último, no podemos asegurar que nuestras instrucciones eliminen por completo su recuerdo, por lo que deberá repetir uno de los dos métodos anteriormente mencionados (usted ya estará a la altura de elegir cuál) cuando nos acechen por sorpresa. Al fin y al cabo, cuando algún día –como hurgando entre una caja llena de polvo dentro de nuestra cabeza- nos tome por sorpresa aquello que nos dejó marcado a fuego en nuestro corazón y nos queme levemente una vez más, el olvido será nuestro apósito a mano para tapar nuevamente la quemadura.

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